Jesús ora por mí

Durante este tiempo en mi vida, he llegado a encontrar paz al saber y experimentar que el Espíritu Santo y Jesús oran por mí. Hacen esto cuando yo no puedo, o no quiero orar por mí misma. Sé que sus oraciones serán contestadas porque siempre oran de acuerdo a la voluntad del Padre.

Encuentro que la oración de Jesús, registrada en Juan capítulo 17, es una bendición para mi vida. Primero, Jesús ora por sí mismo, luego Él ora por sus discípulos y, por último, ora por “los que ha de creer en Él por el mensaje de ellos”. Esa soy yo. 

He leído esa oración muchas veces, pero he descubierto que hasta que personalicé la oración, tomó un significado real e hizo una diferencia en mi caminar diario con Cristo. Es mi oración que personalizar esta Escritura traiga relevancia a tu vida de lo que hay en el corazón de Jesús para ti:

(Por favor agrega tu nombre en el espacio en blanco)

» No ruego solo por estos. Ruego también por _________________ que ha de creer en mí por el mensaje de ellos, para que ella sea uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que _________________ también esté en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo le he dado la gloria que me diste, para que sea uno, así como nosotros somos uno: yo en ella y tú en mí. Permite que ___________________ alcance la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que la has amado a ella tal como me has amado a mí«. Juan 17:20-23 NVI-personalizado

La perfección de la unidad trae consigo al Amor perfecto, el cual expulsa al miedo. Esto es lo que Jesús oró por mí. Esta es la voluntad del Padre para ti y para mí. Aquí es donde encuentro paz, donde el temor está ausente a pesar de las circunstancias que me rodean, en perfecta unidad con el Padre, a través de Jesucristo mi amado hermano mayor, Señor y Salvador.

Tu Padre celestial anhela vivir la vida contigo en la perfección de la unidad. ¿Has recibido su amor perfecto en tus circunstancias hoy? ¿Qué te impide venir a su trono de Gracia? Ven hoy.

Romanos 8:26; Romanos 8:34; Juan 17:20-23; 1 Juan 4:18

Esta entrada fue publicada en Uncategorized y etiquetada , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario